Tras un largo viaje de mas de 4 horas, enlatados en el coche como si fuéramos sardinas, llegamos a la orilla. Escogimos puesto bajo el calor aragonés y dispusimos a sondear, cebar y montar. Tras dos días en aquel puesto, todo pintaba muy mal. Nadie de nuestros alrededores tuvo ni un pez fuera del agua, y nosotros, por lo menos, conseguimos engañar alguna captura.
Tras varias charlas, cargamos el coche y fuimos a la aventura, a buscar un puesto nuevo. Por errores de principiantes en la zona, y en ocasiones por desesperación, hicimos mas de 100 kilómetros para después quedarnos 2 kilómetros más arriba del primer puesto, por la zona de Chiprana. A corre prisas, a las 2 de la tarde incoamos la barca, sondeamos, cebamos y lanzamos. ¿Estrategia de pesca? en el Ebro sobran palabras. Pellets, pellets y más pellets. Desde ese momento empezó de verdad la sesión. Tras tres días en el puesto conseguimos varias capturas de buen porte, comparado con los demás pescadores, ya que para ser el Ebro, cogimos un tiempo muy malo, pero bueno, os dejo las fotos, y el año que viene volveremos a por los colosos! Os dejo algunas de las capturas.
Cabe destacar que todos los días, cayeron tormentones nocturnos, que a veces nos obligaron a agarrar los ovales para no salir volando, además de que los 2 primeros días se nos olvidó el tarp, imaginaros la forma con la que nos quemamos, por lo demás, buena sesión. Volveremos!
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